LECTIO DIVINA: ANUNCIAMOS LA ALEGRIA DEL EVANGELIO


Te invito a encontrarte con Jesús, desde la experiencia de las primeras comunidades cristianas. Te invito a acercarte desde el encuentro con la Palabra que se nos revela en el texto de 1 Jn 1,1-4.
Con la certeza de que el Espíritu del Resucitado es quien nos hace conocer la verdad de la salvación y nos abre a su misterio de amor, que nos permite reconocer el paso de Jesús hecho brisa suave, que enciende nuestros corazones y nos dispone a anunciar su Evangelio, invoquemos juntos su Presencia…

INVOCACION AL ESPIRITU
Señor Jesús, danos el don de tu Espíritu.
Que venga a nosotros tu Espíritu de sabiduría
para comprender las Escrituras,
para descubrir tu Buena Noticia y encender nuestros corazones.
Volvé a susurrar en nuestro interior tu mensaje de vida
y tu invitación a ser tus testigos.
Haznos anunciadores de la alegría de tu Evangelio,
con la palabra, los gestos,
sobre todo en la comunidad reunida en tu Nombre.
Regálanos el descubrir en este encuentro con vos,
la verdadera alegría.







LECTURA


Lectura: 1 Juan 1,1-4

Lo que existía desde el principio,
lo que hemos oído,
lo que hemos visto con nuestros ojos,
lo que hemos contemplado
y lo que hemos tocado con nuestras manos
acerca de la Palabra de Vida,
es lo que les anunciamos.
Porque la Vida se hizo visible,
y nosotros la vimos y somos testigos,
y les anunciamos la Vida eterna,
que existía junto al Padre
y que se nos ha manifestado.
Lo que hemos visto y oído,
se los anunciamos también a ustedes,
para que vivan en comunión con nosotros.
Y nuestra comunión es con el Padre
y con su Hijo Jesucristo.
Les escribimos esto
para que nuestra alegría sea completa.

La Primera Carta de Juan es parte de la llamada tradición joánica, junto al cuarto evangelio y el Apocalipsis. Si bien tradicionalmente se adjudican tres Cartas a Juan, el autor y los destinatarios aparecen tras los pronombres «nosotros» y «ustedes», sin que se los nombre con más precisión. Se piensa que los destinatarios eran comunidades distribuidas en una amplia zona de Asia Menor y que fueron escritas hacia finales del siglo I o comienzos del II. Esas Iglesias particulares, abiertas a la incorporación del mundo pagano o gentil, con una importante actividad misionera, conocieron momentos de crisis, con la presencia de falsos profetas que pretendían tergiversar la enseñanza del Evangelio, la Buena Noticia de la salvación ofrecida gratuitamente por Cristo. Por eso en las Cartas se presentan una serie de enseñanzas que van en progresiva profundización de lo esencial del Evangelio.
Este texto que hoy meditamos, ubicado al comienzo de la Primera Carta se presenta para nosotros como una motivación profunda, como un desafío, como una posible identidad misionera… lo que hemos visto con nuestros ojos, … es lo que les anunciamos.



Lo mismo que en el prólogo del cuarto evangelio, el autor comienza esta Carta presentando a Jesús como la «Palabra de Vida» (v. 1) que existía desde el principio en Dios y se hizo visible a los hombres.
Jesús es la máxima y definitiva expresión de Dios Padre. En Jesús Dios se revela en la historia.
Y nosotros “somos testigos” (v.2). En el texto aparecen una serie de expresiones que tienen que ver con los sentidos: oír, ver, tocar… Jesús, Palabra de Vida, se ha hecho cercano y los cristianos hemos tenido experiencia de eso. Y esta experiencia profunda y tangible, la hemos contemplado… hemos vuelto el corazón sobre su historia y en esa historia hemos reconocido que este hombre verdadero es también Dios verdadero…

Por eso somos “testigos” y no periodistas o historiadores de un hecho que les pasó a otros; lo que debemos transmitir no es una biografía por contar sino una verdad experimentada y contemplada por anunciar.
Lo visto, oído tocado, contemplado, es “lo que les anunciamos”. Un anuncio que invita a descubrir la centralidad de la comunión (v.3) y la alegría completa (v.4)
Las primeras comunidades nos regalan esta experiencia: el sentido profundo de comunidad. Comunidad que nace en la común unión en el Padre y Jesucristo, en la Palabra y en el partir el pan (cfr. Hech 2,42-46; 4,32-36).
Esta experiencia no puede ser guardada: ¡lo que hemos visto y oído se los anunciamos! El patrimonio de fe se hace anuncio y catequesis, Y esta es la alegría completa. La Palabra la hemos visto, oído tocado y es gozo profundo, porque la Vida revelada se hace Vida en abundancia (Cfr. Jn 10,10)
Es la alegría del Evangelio, de la Buena Noticia que renueva la historia y el corazón del hombre. Buena Noticia anunciada a los pobres, que es libertad y luz, esperanza y nuevo nacimiento.

¿Qué ME dice el texto?
¿Cuál es tu experiencia de encuentro con la Palabra?
¿Qué mensaje ha tocado tu vida y te ha puesto en camino de misión?
¿Es la Palabra y la Eucaristía, Presencia de Jesús Resucitado, alimento que fortalece tu comunidad/grupo misionero?
Los discípulos… las primeras comunidades…se descubren “testigos” del Amor de Dios manifestado plenamente en Jesús y no pueden callar lo que han visto y oído. ¿Es tu misión fruto maduro del encuentro con Jesús?
¿De qué depende nuestro gozo? ¿De las circunstancias que nos rodean o de la serena certeza de su Presencia en nuestras vidas?



¿Qué LE digo a Dios?

Señor Jesús, que te hiciste hermano y amigo, que anunciaste la Buena Noticia a los pobres, te pedimos que nos des la gracia de acercarnos a tu Misterio y ser testigos de la Vida que nos das.
A cada intención respondemos: “Escucha, Señor, la oración de tu pueblo”
·         Por toda la Iglesia, para que cada uno, fiel al llamado del Señor, sea testigo en el mundo de la Buena Noticia anunciada por Jesús…
·         Por nuestras comunidades, por nuestros grupos, para que alimentados en la Palabra y la Eucaristía seamos signos de la Presencia de Jesús en el mundo…
·         Para que el gozo del Evangelio despierte en nuestros corazones el deseo profundo de anunciarlo siempre y en todo lugar en nuestras tareas cotidianas y más allá de las fronteras…
·         Por los que seducidos por tu Palabra de Vida lo han dejado todo para anunciar con alegría tu Evangelio…

CONTEMPLACIÓN - ACCIÓN.

¿A qué ME comprometo?

Con la comunidad/grupo de misión pensamos juntos una propuesta CREATIVA de anuncio del Evangelio que despierte en otros la alegría del encuentro con la Palabra que es Vida. (Especificar destinatarios. En caso de jóvenes, incorporar las nuevas tecnologías, etc.)

Departamento de Pastoral Bíblica
Conferencia Episcopal Argentina

@ompargentina





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